Recoleta

abril 10, 2007 • Publicado en Viajes
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Hoy fue el primer día a mi suerte en Buenos Aires, y bueno la verdad que no me fue tan mal, la Guía T es definitivamente la mejor inversión que puedes hacer como turista en Buenos Aires, sirvió para ubicarme en dónde estaba y para dónde debía ir. El primer tramo del viaje fue recomendado por un tercero así que no puedo darme flores por las primeras horas, pero luego sí que fue todo a mi buena ventura. El día se centró en Recoleta, el antiguo patio de recreo de los Agustinos Recoletos que se convirtió en el Cementerio de la Recoleta, el primer cementerio público de la ciudad. En él se encuentran varios personajes de la vida pública argentina, incluidas las criptas de Eva Perón, el Almirante Brown, Remedios de Escalada de San Martín -la esposa del General San Martín-, la familia Borges -menos Jorge Luis que está en Europa- y otros tantos más; muchas criptas tiene lápidas de reconocimientos ya sea de un club de amigos, una institución o la nación entera.

La recomendación que les puedo dar es que compren a la entrada el mapa de las criptas y hagan el recorrido recomendado, si tienen dinero contraten al guía y si no entonces a parar oreja y escuchar porque normalmente los guías hablan muy duro. Al primer guía le escuché comentar sobre una cripta de un masón por cuya construcción la Iglesia Católica le negó la bendición al cementerio, claro está que la inmensa mayoría son criptas católicas e incluso las dos criptas masónicas que vi llevan una cruz, pero qué podemos hacer si el Imperio Vaticano es muy quisquilloso en esos puntos; retomando, las dos criptas masónicas que vi tenían motivos egipcios, discos solares alados y otros extras, también hay una cripta ‘mixta’ que ya había llamado mi atención así que esperé unos minutos a que llegara otro guía, esta vez fue uno contratado por un grupo de norteamericanos el cual ‘nos’ explicó que la cripta fue modificada para tener la Menorah dado que la esposa de uno de los integrantes de la familia era judía, situación nada extraña en esta ciudad repleta de judíos, aunque ahora que lo pienso el que una judía se case con un católico está en contra de las recomendaciones de los protocolos de los sabios de Sión, pero bueno, no todos tienen por qué pensar en la dominación mundial como parte de su existencia, Cerebro, -poink-.

El residente más visitado del cementerio es Evita Perón, la cripta está llena de rosas, hay poemas dedicados y tiene varias lápidas en reconocimiento, no he querido preguntar el por qué de la fascinación del pueblo argentino por Evita, supongo que tendré que preguntar para dar una opinión al respecto, luego escribiré sobre el tema.

Hay otra cripta pintada de verde que corresponde al Almirante Brown, irlandés de nacimiento, lo que explica el color verde. Al frente está la única tumba en tierra del cementerio, ocupada por la esposa del general San Martín, señora de la alta sociedad quién decía que lo importante no es lo que está afuera sino lo que está dentro, sabias palabras en medio de tanta ostentación. El cementerio está lleno de esculturas de ángeles y detalles que cuentan varias historias; hay una escultura de una mujer que murió en trabajo de parto junto con su hijo, la escultura está tan bien trabajada que se merece un reconocimiento, hay esculturas de pro-hombres en columnatas, otras criptas con motivos greco-romanos, otras en forma de iglesias, y otras muy humildes, algunas están muy deterioradas y otras están totalmente tapadas por las enredaderas.

A la salida del cementerio se encuentran los parques de la zona de Recoleta, un letrero dice que en un momento de la historia de Buenos Aires la zona fue fundada por las clases adineradas de la ciudad para alejarse de las enfermedades del puerto, por eso las avenidas son amplias y los apartamentos son hermosos. Caminar por los parques de Recoleta es también un descanso para la vista, muchas personas se sientan en las bancas a leer, dibujar, escuchar música o solo a ver, como es mi caso, las piletas de agua están en muchas partes, es común ver a algunos tomar un baño en las piletas -no necesariamente pordioseros-, el caminar por las plazas es algo cultural en Buenos Aires, tomar el sol, ver las nubes, jugar en el parque, dibujar, leer, todo eso hace parte de ser porteño, lleva a sentirse parte de la sociedad y esta zona en especial está repleta de parques que se extienden por toda la Avenida del Libertador y continúan en Palermo. La Plaza Líbano, Francia, Chile, Uruguay, etc. También están la biblioteca nacional y el museo nacional de bellas artes, desafortunadamente ambos cerrados al público por ser lunes, posiblemente luego daré un paseo por museos y tenga oportunidad de visitarlo.

Cerca al cementerio está el Shopping Buenos Aires Design, un shopping dedicado al diseño (osh, astuto), para todos los paladares y de todo mi gusto, en ese mismo centro comercial está la zona llamada Plazoletas que corresponde al mall de comidas del shopping, estos locales tienen espacios al aire libre para los fumadores pues dentro de los locales queda prohibido fumar por ley, toda la plazoleta tiene ese encanto de los cafés parisinos, pero el café es pésimo, un helado es perfecto (que acá son deliciosos) o un vino o una cerveza. Para los de la high un poco más allá encuentran el Rock Café.

Siguiendo hacia Junín donde debía tomar el colectivo para mi siguiente parada (ya manejo la Guía T) se encuentra el Village Recoleta que es un cine con plaza de comidas, decidí entrar en él y probar una Big Tasty de McDonald’s porque supongo que la hamburguesa argentina debe saber diferente, y la verdad que es posible que así sea. Un punto que me llama la atención y en el que la verdad no soy buen crítico es la arquitectura, no puedo decir con certeza qué estilo arquitectónico será, pero las partes de Buenos Aires que he visitado conservan un sabor a viejo mundo, las construcciones y edificios son de estilo europeo y lo digo comparando con fotos de ciudades de Europa, tal vez sea por la afinidad con Europa, en especial con Italia y España. Los apartamentos son altos y los cuartos espaciosos aunque los apartamentos en si son pequeños y de muy pocos ambientes, los ascensores como ya he dicho son similares a los que se ven en películas y las calles están arborizadas a lado y lado, pueden creerme si les digo que vivir acá podría llegar a gustarme.

Y para terminar hay que decirlo, llegó la gente, las calles ya se llenaron de tráfico, el subte está atestado de gente y las aceras están repletas, lo cual me recuerda que sufro de demofobia y que esta terapia de choque podría servir, luego les iré contando. El caso es que a pesar de estar otra vez llena de gente la ciudad sigue ofreciendo esa facilidad para desplazarse que me impresiona constantemente, claro que el caminar no es una de mis mayores habilidades, pero es agradable ir de un lugar a otro en esta ciudad, hay un orden a pesar de ser tan grande, todo un cumplido y un ejemplo para Bogotá o Manizales.

Como dato de cierre, los edificios se orinan, es decir, los aires acondicionados tienen tuberías ya gastadas y de todos los edificios gotea el agua de los aires acondicionados. Los citófonos acá se llaman porteros eléctricos y parecen matrices en las que en un eje esta el piso y en el otro está la letra del apartamento, otro elemento que hasta romántico me parece son las llaves que se asemejan a las llaves antiguas, pero la verdad es que son incómodas de manejar estas llaves. También hay otras llaves nuevas con orificios en vez de dientes.

 
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