Pamplona
mayo 27, 2008 Publicado en ViajesEtiquetas: Colombia Norte de Santander Pamplona
Entre las montañas por donde baja el río Pamplonita está este pueblo blanco colgado de un barranco, famoso por su Universidad, y punto inequívoco de la proximidad de Venezuela. Desde el mirador de Pamplona, unos kilómetros antes de la Universidad, se advierte como la población ha tenido que expandirse por las laderas del pequeño valle en donde fue fundada, y al norte se observa el cañón por donde continúa la carretera hacia Cúcuta, paralela al río Pamplonita.
Lo que inicialmente me sorprendió es la cantidad de placas de Venezuela, de hecho los únicos carros con placas colombianas eran de turistas; y es que esta zona de frontera entre Colombia y Venezuela es la más activa de sudamérica, muchos habitantes de Cúcuta trabajan o estudian en San Antonio del Táchira, tienen familiares o amigos a ambos lados de la frontera, compran gasolina en Venezuela y mercan en Colombia, lo que le vale el título de ser una frontera viva.
Uno de los sitios más visitados de Pamplona es La capilla del Humilladero, o del Señor Humillado. Lo que hace famosa a esta hermita es la talla en madera de Jesús humillado, de ahí el nombre con el que se conoce a la iglesia.
Junto al hotel encontré la Pizzería el Veneco; y el acento de los propietarios no dejaba duda alguna sobre el nombre. La pizzería estaba llena en su totalidad, y la mayoría de los ocupantes eran estudiantes.
Al llegar la noche casi todo está cerrado en Pamplona. Por la calle del comercio, que discurre entre el hotel principal del pueblo y la plaza Águeda Gallardo, solo se ven algunas caras largas y otras de inconformidad, otras sonrientes y otras preocupadas, es una ciudad donde se respira la vida universitaria.
Al volver al hotel encuentro, con algo de sonrisa, que el reloj al lado de la cama está puesto con la hora de Venezuela.