Los magos de nuestra era

mayo 11, 2009 • Publicado en Punto de Vista

Únicamente la ausencia de sabiduría hace grata la vida
Sófocles

Ser ingeniero no es fácil, es un trabajo acucioso de observación y comprensión que la mayoría de veces olvidamos por la rutina, aunado al hecho que el sistema ha evolucionado en pos de la especialización. Un especialista en redes se siente tan aparte del mundo del desarrollo de software que no cree poder objetar sobre acontecimientos que no hagan parte de su pequeño universo especializado. Estamos en un mundo dividido en especialistas, lo que trae nuevos riesgo sin tal vez haberlo meditado, y es que como bien sabemos los que a diario repetimos el mantra de sistemas -divide y vencerás-, un mundo dividido en especialistas es fácil de vencer. La pregunta que debería guiarnos siempre cuando enfrentamos esta falta de amplitud de criterios es ¿quién se beneficia con nuestra debilidad?

Nuestro papel como ingenieros va desde el diseño, la discusión, la creación, el desarrollo y la administración, pero de todos estos deberes nos hemos decantado por aquellos casos en que hay un refuerzo monetario, descuidando los demás. El dar para obtener es algo inherente a toda sociedad, para ser ciudadanos el estado nos recuerda el cumplimiento de nuestros deberes como compensación a nuestros derechos inherentes, para exigir tolerancia debemos ser respetuosos con nuestros semejantes -lo que incluye desde el vecino de la puerta de al lado hasta el pordiosero de la esquina-, para conseguir un rédito en la ingeniería deberíamos cumplir con nuestros deberes como ingenieros, es decir, estar atentos a las discusiones sobre el impacto de nuestra carrera como justos observadores que guíen a la sociedad al abordar estos temas, en búsqueda del bienestar común. Nuestro deber como ciudadanos así lo demanda.

El corto ensayo que traigo hoy no desea ahondar en ningún tema, tan solo haré un recorrido rápido por la galería del conocimiento humano y enunciaré lo que hay detrás de varias de aquellas puertas, a la vez que iré creando relaciones entre los recintos. Con tan solo uno de entre ustedes que por iniciativa propia se atreva a continuar por una de esas puertas ya habré hecho suficiente.

Este pequeño nudo de ideas solo busca demostrar que si bien un ingeniero tiene un océano de conocimiento de un centímetro de profundidad -como ya se ha vuelto común decir-, esta vastedad permite crear relaciones que ofrecen una visión a gran escala de la realidad. Especializarse es una necesidad en nuestra sociedad, pero nuestros aportes deberán siempre estar meditados desde una perspectiva amplia, y como muestra de ellos hoy en día no solo vasta con hacer un buen proceso, sino que debemos tener en cuenta el impacto que generará a nivel ambiental y social.

Trataré de aproximarme sin entrar en tecnicismos, contando algunas historias que conforman aquella nube dificil de delimitar que llamamos ingeniería. Lo hago porque el que no conoce su historia está condenado a repetirla.

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2 Respuestas a “Los magos de nuestra era”

  1. Hola Sebastian. Me tomo el atrevimiento u oasdía de participar en una discusión a la que no se me ha invitado merced a mi crasa ignorancia en estos asuntos. Tengo entendido que ingeniero deriva de ingenio,que quiere decir constructor de ingenios o máquinas – de guerra preferencialmente, y de ahí al anglosajón – En español deriva de ingenio o habilidad para resolver cualquier tipo de problema practico. Pero no todo es de los ingenieros. Ahora se desarrolla una técnica diferente: se llama nanotecnología y fue desarrollada por los médicos si mal no estoy, nada que ver con ingenieros, pero si con ingeniosos para fabricar mecanismos pequeñisimos que penetran por las venas , que toman fotos del interior de los cuerpos vivientes – y los no vivientes – y hasta efectúan operaciones de alta cirugía con rayos laser y otras cosas, etcetera – a proposito: etcetera quiere decir que no se mas . Y es verdad . hasta luego.

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