Lecturas premonitorias
febrero 14, 2010 Publicado en Lifestyle Punto de VistaHará unos meses describí mi asombro por las relaciones entre ideas con las que mi maltratado cerebro gusta jugar. Esta vez no seré extenso y me limitaré a pasar revista por los elementos que dan forma a la actual maraña conceptual -para que no digan que no les dejo trabajo para la casa-.
Ya sabrán que Google lanzó un servicio de igual nombre al Buzz de Yahoo! con funciones más que similares, o debo decir idénticas. Seguro que también habrán escuchado todo el alboroto que generó previo a su lanzamiento por cuenta del músculo de mercadeo de Google, y también estoy seguro que habrán notado el alboroto que se armó cuando se detectó que al activarlo dejaba al escarnio público la lista de amigos íntimos de cada uno de sus usuarios, entendiéndose por íntimos aquellos con los que han intercambiado la mayor cantidad de correspondencia. Por un instante de tiempo todo el mundo supo con quién hablaba todo el mundo. ¿Notan el peligro que eso representa?
Google reconoció el error y está tratando de solucionarlo.
Ahora bien, ¿a qué viene esta historia? Pues resulta que hará 4 o 5 años en el ya fuera de línea website del gran Recurrente -el autor de Raulito el Friki-, encontré una historia ficticia sobre un hacker quien habría alcanzado a descargar una colosal cantidad de información en tablas de bases de datos de empresas de teléfonos móviles, bancos, tarjetas de crédito y un largo etcétera. Su objetivo no era vender esta información al mejor postor, así que no le cabe el mote de pirata informático, sino que trataba de…. mejor no les cuento el resto de la historia para no hecharla a perder.
Si tienen tiempo de sobra para malgastar con un relato que de seguro aburrirá al lector no-geek, les recomiendo leer el Arbol de la Ciencia. Y si no los aburrió, seguro que les habrá dejado algo para pensar sobre nuestra vida en línea, y sobre lo que significa que una persona -sea natural o jurídica- tenga tanta información sobre nosotros y pueda relacionarla.