Las leyes de la vida

septiembre 25, 2007 • Publicado en Punto de Vista

Hace poco charlaba con varios amigos sobre la proliferación de los libros de autoayuda especialmente refiriéndonos a El Secreto, con toda esa increíble mística con la que aquellos poseedores de El Secreto comentan que son poseedores de El Secreto. No puedo lanzar la primera piedra porque no estoy libre de pecado en cuanto a leer libros de autoayuda, pero sí creo que estamos llegando a un punto donde queremos encontrar respuestas donde no las hay, esperando encontrar un faro en la oscuridad tal vez, o darles a otras personas el poder de decidir por nosotros, ya nos hemos cansado de pensar y queremos que otros piensen por nosotros.

Hoy a manera de parodia les voy a exponer mis cuatro leyes de la vida, a mi me funcionan, las aplico en todo momento, pero a diferencia de las reglas de los libros de autoayuda estas reglas no dicen qué hacer para traer la fortuna, amor y demás bienes deseados…. no. Estas cuatro reglas de la vida son las reglas que aplico para aprender a vivir con lo que tengo, no buscan la felicidad por conseguir éxito o fortuna, sino la felicidad a través de la aceptación de la belleza de la vida.

Las cuatro reglas de la vida o Las antiautoayudas

  • La vida no es justa pero siempre está en equilibrio
  • Espera siempre lo peor y no te tomarán fuera de base
  • Nunca salgas sin un plan B a la mano
  • Si vas a hacer cualquier cosa mejor no hagas nada

La primera me recuerda que si las cosas parecen estar mal seguramente por algún lado debe estar el problema. Muy ligada a esta ley está la frase que dice que la nobleza obliga o aquella otra que dice que la virtud y el vicio son su propia recompensa. Aunque no obtengamos lo que creemos que merecemos siempre todo estará como debe ser.

La segunda puede sonar un poco derrotista, pero la verdad es que siempre hay que tener en cuenta que las cosas pueden salir mal y uno debe estar preparado para ello. Como cuando hacemos un simulacro de incendio en la oficina, o pagamos por un seguro para el automóvil, simplemente sabemos que las cosas pueden salir mal y estamos listos para afrontarlas.

La tercera no necesita explicaciones ¿o sí? Muchas veces nos quejamos porque está lloviendo y no podemos salir, entonces lo único que debemos hacer es dejar de quejarnos y hacer algo diferente, un trabajo pendiente, arreglar la casa, un plan B.

La cuarta es la más sencilla de todas, recuerda que las cosas se hacen bien o no se hacen, porque si haces algo a medias seguramente tendrás que arreglarla después, como dice el dagio popular el perezoso trabaja doble.

Espero que mis reglas les sirvan de algo. Si a algún editor por ahí le suena podemos incluso hablar para convertirlas en un libro de antiautoayuda.

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