Las altas cumbres

junio 12, 2008 • Publicado en Lifestyle• Punto de Vista
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Algunas mañanas el cielo nos regala a los manizaleños un firmamento sin nubes, profundo y mágico. Esos días se ven más sonrisas en la calle, más amabilidad, más calma, como si el regalo de un horizonte despejado hiciera magia en nosotros. Nuestros horizontes azules no son planos como los de Buenos Aires, ni lejanos como los de Bogotá, nuestros horizontes azules son muy próximos. Este espacio que ocupamos a la ladera de los Andes, casi compartiendo espacio con el vacío, nos define y nos transforma. Estos días son un crisol donde la naturaleza hace alquimia con nosotros.

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