La Plata
abril 21, 2007 Publicado en ViajesEtiquetas: Argentina La Plata
La Plata es la capital de La Provincia de Buenos Aires, es como decir que es Facatativá y no Bogotá la capital de Cundinamarca. La Plata es una ciudad que está al sur oriente de Buenos Aires Capital y es la única ciudad programada de Argentina, con su trazado singular que separa la ciudad en cuatro cuadrantes con diagonales para cada cuadrante y dos diagonales principales. En el cruce de todas las diagonales hay una plaza, lo cual suma entonces 4 plazas -una por cuadrante- y una plaza principal en todo el centro de la ciudad donde están las plazas principales, las oficinas de gobierno y la catedral. Para ir desde Capital se puede tomar un tren desde la estación constitución, o tomar un micro en la avenida corrientes que por 4 pesos te lleva hasta la terminal de microbúses de La Plata en un viaje de un poco más de una hora. El micro más parece un bus intermunicipal que un microbús de la ciudad.
Es la primera vez que veo algo diferente a ciudad en Argentina pues siempre veo casas, aun incluso en el tren de la costa vi casas a los costados del tren. La topografía es similar a la de Uruguay, es decir un mar verde interminable con un azul celeste inmenso en el cielo; hace poco hablaba con un colombiano sobre los uniformes de los policías y mencionaba que le parecían de juguete, tal vez el color azul celeste le diera esa impresión, pero al fin de cuentas es el color nacional, es normal ver ese azul celeste en los busos de los hombres, un azul que asociamos con los bebés en Colombia es un color muy común para la vestimenta acá. Las autopistas Argentinas son rectas dada la facilidad de la topografía pero a diferencia de Uruguay acá en Argentina sí encuentras intercambios viales en muchas partes y son de doble calzada en su totalidad o por lo menos en tramos que se puede considerar de importancia. La provincia de Buenos Aires es la zona de Argentina con mayor población, el país tiene unos 50 millones de habitantes y por lo menos 20 viven en el Gran Buenos Aires, es decir, 2 de cada 5 Argentinos viven en la provincia de Buenos Aires, y de esos 400.000 viven en La Plata. La ciudad de La Plata es una ciudad cultural y universitaria, y como tal tiene una tradición de izquierda y protestas muy marcada, la película ‘La Noche de los Lápices’ es ambientada en La Plata y está basada en una historia real.
Está lloviendo así que no podemos salir a hacer mucho, pero en la noche vamos a ver una película de un ciclo de cine freak que se está presentando en la sala del centro cultural Pasaje Dardo Rocha. En este mismo complejo se presentan exposiciones plásticas, músicos, bailarines y demás manifestaciones artísticas, si van a La Plata pasen por ese edificio, se los recomiendo.
Y volví a tener una charla con un argentino, otro desafortunado encuentro. Mientras nos presentaba La Plata pasamos por la estatua del libertador y exclamó ‘el libertador de América’, y bueno está bien hasta ahí, pero cuando me preguntó que quién era el libertador de Colombia y que si era argentino ya la cosa se puso de otro color, aparentemente los argentinos tienden a creer que absolutamente todo lo que ha pasado en América es a causa de ellos, incluso conocen exclusivamente las cosas buenas de sus próceres pero no reconocen las malas y eso pude verlo cuando discutí con él los detalles de la reunión entre Bolívar y San Martín en Guayaquil, aparte de eso había sido un poco descortés al referirse a las manifestaciones de arte que no le eran afines y llego a decir que la película había sido una idiotez, y su caballerosidad era más un signo de machismo que un verdadera ayuda desinteresada, en charlas posteriores con amigas me comentaron que el argentino «sirve para que le sirvan», pero no por el hecho de ser caballero que si es típico en los colombianos.
Al salir del cine fuimos en busca de un Pub y terminamos con el mismo problema de los lugares en Buenos Aires, y es que los «parches» rockeros son muy underground a pesar de ser una música que se escucha normalmente en las emisoras. Al final entramos en el Pub Hook que tiene dos ambientes, el primer piso estaba repleto así que subimos al segundo donde habían mesas disponibles, nos sentamos a charlar un rato y luego de un tiempo algunos bajaron a bailar en el primer piso. Por una desafortunada sucesión de hechos tuve que bajar a buscar a mis compañeros para unirme con ellos y no los encontré, durante la búsqueda entable charla con dos diferentes personas, lo que me lleva a suponer dos cosas: 1. que los difíciles son los porteños o 2. que la gente normalmente no habla pero en los boliches si son más abiertos.
Ahhhhh, y por si se están preguntando, un boliche es una discoteca acá, pero de esas que no son tan ‘disco’ como para ser solo de baile pero no tan pequeños como para ser solo bares.
Cuando salimos ya eran las 4 de la madrugada, tomamos taxi y volvimos a la casa de nuestro anfitrión en La Plata esperando no tener que volver a ver al argentino aquel con el que había vivido ese desafortunado encuentro.