El Trampolín de La Muerte
noviembre 14, 2008
Publicado en
Viajes
Etiquetas: Colombia Putumayo
La carretera que de Pasto conduce a Mocóa es la misma que había tomado el día anterior camino al lago Guamuéz. Desde ahí se sube hasta el páramo de Bordoncillo, accidente geográfico que marca los límite entre Putumayo y Nariño. Al sur del páramo está uno de los lugares más infames de la historia reciente de Colombia, el cerro de Patascoy.
Apenas iniciando el descenso hallé una tienda en donde una caja con cuyes a la entrada esperaba por un comprador. Estos roedores podrían llegar a ser buenas mascotas, si no fuera por su alta tasa de natalidad, lo que al final los convierte en una plaga.
Una hora después se llega a Sibundoy, un pueblo enclavado en el valle del mismo nombre y donde hoy se respiraba una tensa calma. Junto a la calle principal había una casa custodiada por la policía antimotines, con claros signos de vandalismo, y frente a la misma casa una moto incinerada en medio de la calle alcanzó a preocuparme. Cerca de ahí otro grupo de policías esperaban, mientras las personas al rededor miraban sin saber qué hacer. Los locales comerciales tenían cerradas sus vitrinas y apenas dejaban un espacio pequeño en la puerta por dónde entrar, dándoles tiempo suficiente para cerrar el local si algo llegaba a pasar. La molestia por la situación de las pirámides tocaba la economía de toda la zona sur de Colombia y por lo que parece esta no va a ser una feliz navidad.
Al terminar el valle se vuelve a iniciar el ascenso, y comienza una de las carreteras más famosas de Colombia. Se trata de una vía angosta por donde apenas puede pasar un carro a la vez en la mayor parte del trayecto, arrinconada contra la montaña y a borde de los desfiladeros casi todo el tiempo. Hay que estar siempre alerta observando los carros que vienen en sentido contrario para coincidir en un lugar lo suficientemente ancho para que puedan pasar los dos a la vez, y es el vehículo que va bajando el encargado de buscar el sitio en dónde detenerse para esperar a que el otro llegue. No se si por fortuna o por desgracia uno apenas encuentra un carro en sentido contrario cada media hora, lo que hace de esta una de las vías más solitarias del país, y como no hay señal de ningún operador de telefonía movil, un problema mecánico puede implicar horas antes de poder pedir ayuda. En todo el recorrido solo encontré una casa a borde de carretera, parada obligada porque es el único restaurante en horas.
En una de tantas curvas, antes de trastornar una de tantas montañas, alcancé a ver un bus detenido en la carretera aparentemente con problemas mecánicos. Hacía apenas unos minutos había pasado ese mismo bus quien amablemente cedió el paso, pero ahora detrás de él esperaba otro bus, y delante se había detenido un camión. Ese es otro de los peligros de esta carretera, encontrarse un embotellamiento en estas condiciones obliga a tener que esperar por mucho tiempo antes de continuar.
Una hora después de salir del restaurante llegaba a la base base militar en donde por costumbre requisan a todo vehículo que pasa camino a Mocóa. La base está ubicada en la parte alta de la última montaña antes de llegar a la ciudad, y es aquí donde se inicia el tramo conocido como El Trampolín de la Muerte. Unas curvas más adelante se puede ver a Mocóa abajo al final de la montaña, pero según los soldados aun faltaba por lo menos una hora de camino antes de llegar a la capital del departamento.

En algún punto casi terminando de bajar la montaña es posible ver hasta tres diferentes tramos de la misma carretera, que zigzageando baja por la montaña, y eso sin contar que es por un cuarto tramo por donde uno va en ese momento.
Después de pasar todos los desfiladeros y cruzar en varias oportunidades por la misma quebrada, se llega a las llanuras del departamento del Putumayo, y de ahí hasta Mocóa es apenas un suspiro en comparación al tiempo requerido para bajar del trampolín de la muerte.
Como era de esperarse también la ciudad de Mocóa estaba alterada por cuenta de las pirámides, así que lo más sensato por hacer era continuar.
Dos horas después de haber pasado por Mocóa, estaba tomaba un café oscuro en la plaza principal de San Agustín, acompañado por varias personas quienes amablemente recomendaban buscar una posada camino al parque arqueológico.
Hola, buen día
Interesante la página, felicitaciones. Una pregunta, para hacer está ruta es necesario un 4×4, la verdad sólo cuento con mi vehículo. Gracias por la respuesta.
Excelente blog: quisiera preguntarle algo:
Cuanto tiempo se gasto de Pasto a Mocoa? Tengo pensado hacer ese viaje pero en el sentido opuesto pues voy de Bogota hacia Quito (pero quisiera pasar por San agustin).
Pienso viajar en una Ford Escape 4×4 pero me preocupa el orden público. ¿un auto asi no sera demasiado vistoso?.
Finalmente: habia pensado hacer una parada de una noche en Mocoa antes de continuar hacia Pasto ¿sera esta una buena idea?.