El lado oscuro de un delator
julio 15, 2008 Publicado en Punto de VistaCuan tonto y débil eres delator, cuando muy a tu pesar te apartan buscas explicaciones que más bien parecen justificaciones, incluso para aquellas acciones que no tienen sentido. ¿Y aun en contra de todas las pruebas te sigues engañando a ti mismo? Que ciego eres, delator.
Cuando por fin sanas tus heridas y quieres demostrar que estás bien decides enfrentar tus debilidades, explicarlas y tal vez comprenderlas, y aunque quieras sorprender siempre eres tú el sorprendido. ¿Olvidaste acaso ya que cada golpe es más duro que el anterior? Cuan estúpido eres, delator.
Quieres hacer silencio pero lates tan duro que delatas tu presencia. Eres culpable de desengaños, eres caída de dioses y ángeles. Idealizas y luego te das cuenta de la verdad. Eres el averno cuando llegas oscuro, lleno de miedos, mentiras, odios y celos. Eres un mal aliado, delator.
Esperas que todo se detenga en el mismo último latido que diste, y eres tan iluso que te molestas cuando ves que el mundo sigue su marcha, y eres un dolor que vocifera contra la realidad que crees injusta y mentirosa, ¿te justificas en tu lado oscuro? Debes aceptarlo, la vida sigue y nuevas cosas han pasado desde que caíste por última vez. Sí que eres tonto, delator.
Aveces miras lejos, y otras tantas arriba, pero pocas veces al frente o en dónde pisas. Crees en el mundo a tu medida, buscas una realidad que no es posible. Vives de la fe que tienes en los demás, pero tu realidad es inestable y se destroza con facilidad. Y tratas de ser orgulloso cuando deberías ser humilde, y eres tan inocente cuando no deberías humillarte. Eres un desprevenido y un iluso, delator.
Cuando entiendes que te están viendo la cara prefieres volverte oscuro, retraído, impenetrable e imposible. Prefieres olvidar quién eres, sientes pena por tu inocencia, la misma que te llevó a emocionarte fuera de los límites de la cordura. Ahora que estuviste en el lado oscuro por unos minutos, dime, ¿qué se siente creer en la humanidad y al mismo tiempo desconfiar de las personas? Ahora sabes que una cosa piensas tú y otra tu objeto idealizado. La humanidad es capaz de grandes hazañas, pero las personas son capaces de las peores bajezas. Cuan profundos son tus desaciertos, delator.
Uno no diferencia si duele la mentira, la soledad o el orgullo. Tonto delator, masoquista delator, orgulloso delator, y a pesar de todo te humillas, ruegas y mendigas, sabiendo que al hacerlo perderás la poca dignidad que aun te queda. Eres un verdadero sinsentido, delator.
Pero sin ti olvidaríamos aquello que nos hace humanos, actuaríamos por leyes sin emociones. No podríamos ser débiles, compasivos, apasionados o tontos. Y es que al fin de cuentas eres lo único que nos aferra a la cordura en esta realidad de locos, eres el único soporte que tenemos cuando se trata de un mundo creado por emociones. Tus desaciertos son profundos, pero tus logros son más grandes. Para los dioses eres su caída, para los mortales eres el camino a lo sublime. Eres capaz de hacer que el mundo tenga sentido aunque esté de cabeza, puedes hacer que sonriamos como tontos ante una razón que solo tú entiendes y que aceptamos sin pensar mucho en ella porque tú dices que vale la pena. Le das alas a la imaginación, sentido a la vida y fuego a la pasión. Cuan sublime eres, delator.
Delator, sigue haciendo tu parte. Sigue siendo igual de tonto, débil, ciego, estúpido, desprevenido e iluso, pero nunca dejes de entregarte, soñar, apasionarte y sonreír. Sigue buscando de entre la gente esos ojos que te dirán que quieren y sabrán volar por ti.