Buenos Aires, Argentina

abril 5, 2007 • Publicado en Viajes
Etiquetas:

Llegar a Argentina en vuelo internacional te deja un poco lejos de Buenos Aires Capital, exactamente en la municipalidad de Ezeiza, lo cual es lógico pues hoy en día la mayoría de los aeropuertos internacionales están lejos de los cascos urbanos, sea por seguridad o por contaminación auditiva. El proceso de inmigración es idéntico al de los demás aeropuertos, una fila larga te lleva ante un funcionario con mala cara (supongo que es un requisito para acceder al empleo) quien hace las preguntas de rigor, luego pasas a reclamar las maletas que salen por alguna de las cintas, hay que mirar en las pantallas por el número del vuelo para saber por cuál cinta saldrá y no estar saltando de una a la otra buscando tu maleta, lo peor es que no necesariamente cada cinta tendrá su información por lo cual es necesario buscar la pantalla que está casi a la mitad del salón donde recoges las maletas, es decir en algún lugar no necesariamente visible. Si deseas cambiar dinero por pesos argentinos ese es el lugar para hacerlo, a la fecha actual el cambio está a 3.10 pesos por dolar o 4 pesos por euro. A la salida está una cabina desde la cual puedes tomar el taxi que te lleva a Buenos Aires Capital por 60 pesos en un viaje que dura un poco menos de 30 minutos. En Buenos Aires hay dos tipos de servicios de taxi, uno llamado remises y el otro que es el taxi normal, el remise funciona para tramos largos y no cobra con taxímetro sino que tiene tarifas fijas. Normalmente el remise se toma para ir de la provincia a la capital.

Advertencia, normalmente en Colombia cogemos los taxis, pero en argentina coger significa lo que ya suponen, así que ojo con coger un colectivo, en Argentina se toma el transporte.

Al momento de llegar a Capital se ingresa por un sistema de autopistas a nivel por el cual atraviesas rápidamente la capital. No recuerdo nombres en estos momentos porque estaba rendido por el viaje, eran las 5 de la madrugada en Argentina (las 3 AM en Colombia) y ya eran casi 28 horas sin poder dormir relajadamente, pero a pesar de la hora Buenos Aires estaba muy despierto, las calles tenían tráfico, obviamente no tan concurrido como en el día, pero si el suficiente como para decir que es una ciudad que nunca duerme.

En Buenos Aires no hay calles numeradas y no existen las carreras, todas las calles tienen un nombre y las direcciones se dan con una altura, por decir Corrientes 2333. Este sistema para mi tiene el problema que exige conocer los nombres de todas las calles, pero parece que funciona sin problemas porque hasta el momento ningún taxista ha preguntado si sé para dónde voy, pregunta que por otro lado es muy común en Bogotá.

La primera necesidad al llegar a mi destino fue buscar un toma corrientes, pero decepción total cuando encontré que los tomas eran diferentes a los convencionales de Colombia, -y yo que estaba preocupado porque no llevaba adaptador para convertir de tres a dos (eliminar la tierra)-. El fluido eléctrico en Argentina es de 220, afortunadamente todos mis dispositivos tienen adaptadores de 110 o 220, pero los tomas si serían un problema, por suerte en casi cualquier esquina se compran adaptadores.

Al despertar de un corto sueño la peor tragedia que pude vivir fue saber que en Buenos Aires no se acostumbra desayunar como lo hacemos en Colombia, un desayuno es solo una tostada y un café, otros en cambio despiertan con mate. Yo por mi parte sí busqué algo más que comer porque ya el hambre me estaba matando, llevaba horas sin comer algo decente, mi última comida fue en Bogotá en Presto hacía aproximadamente 18 horas y las papitas del avión apenas habían entretenido al estómago por unos minutos.

Al asomarme al balcón para dar mi primer vistazo a Buenos Aires desde un edificio encontré una ciudad plana, tal vez lo normal para el mundo sea ver ciudades planas y lo extraño sea encontrar ciudades enmarcadas entre montañas, pero como colombiano estoy acostumbrado a las ciudades con cerros o con montañas al rededor, pero acá no es el caso, ni una sola montaña, ni un cerro, solo edificios y mas edificios que se extienden hasta muy lejos.

Siguiendo con las traducciones rápidas digamos que Kiosco es una tienda, así que maxi-kiosco es una maxi-tienda y un kiosco de revistas si es un puesto de revistas pero en forma de kiosco, además no son de base redonda sino que tienen base rectangular y te los encuentras en todas las avenidas regados por todas partes; por otro lado una factura es una parva dulce que se vende en los kioscos, normalmente estas facturas son las que componen el desayuno del porteño; los fiambres son los chorizos, embutidos, quesos y demás comidas que se encuentran en las secciones delikatessen de los supermercados colombianos, pero acá son pan de cada día, tal vez por la cercanía histórica que tienen con los europeos y por el mercado de la carne. Y por último en esta sección del glosario de términos encontramos las veredas que son los andenes, es decir, la vereda de enfrente es el otro andén, y no tienen que salir de la ciudad para llegar a ella.

Por alguna razón que no entraré a comentar fue necesario ir a una entidad del gobierno y hacer fila por un papel. La persona que debía hacer la diligencia en cuestión siguió hasta la ventanilla correspondiente mientras yo aguardaba en la congestión. Las colas son iguales que en Colombia, cometen los mismos errores por escribir mal los nombres, apellidos, sexo o edad. Afortunadamente las correcciones se hacen rápido, pero la primera fila se veía eterna. En todas partes la burocracia es la misma y se siguen los mismos procedimiento, la modernización de nuestros estados aun va muy atrás.

Buenos Aires está creciendo como un destino para estudiantes y turistas jóvenes, y el símbolo del turismo de jóvenes es el hostal, así que es lógico pensar que se esté llenando de hostales la ciudad. El primero que encontré fue el Hostel 06 Central (léase jostel), económico y agradable, con servicios interesantes. Muchas empresas de turismo saben que en los hostales están los turistas de aventura así que cuelgan carteles en las recepciones ofreciendo servicios, incluidos viajes, toures y obviamente partidos de fútbol argentino, dándole gran importancia como es de suponer al súper clásico Boca vs. River, y obviamente ya tengo mi boleto de entrada. El Hostel 06 tiene visitantes de todas partes, hay europeos, norteamericanos, mexicanos y colombianos, ofreciendo clases de inglés, español, alemán, clases de culinaria, en realidad es un buen sitio para estar además de encontrarse muy bien ubicado en todo el micro-centro, cerca al obelisco.

El resto del día lo pasé caminando por San Telmo y Puerto Madero, no voy a entrar en detalles ahora sino que lo dejaré para más adelante, pero si hablaré de los mosquitos de Buenos Aires que se merecen una introducción desde el primer día, son el siguiente paso en la evolución, los x-bugs pues pican por encima de la ropa los condenados y pueden traspasar incluso la tela de jean, aunque tienen un defecto y es que pican en donde sea y no van directo a la vena como si lo hacen los mosquitos de Colombia. Buenos Aires está plagado de ellos por el cambio de estaciones y es política de estado desparacitar y desinsectar los edificios, por estos días puedes encontrar letreros en todos los ascensores indicando fecha de visita para la desinsectación.

Ya al final del día tuve mi primer contacto con argentinos, entre ellos un típico porteño según me explicaron más adelante, se reconoce por lo mamón e insoportable, por sus ganas de sobresalir y por no entender que la está embarrando, bien lo dijo el mesero es diferente el argentino de la argentina, y muy diferente el argentino del porteño, tal vez la mala fama sea por el porteño y no es algo común en el argentino, debo confesar que en realidad me han caído bien los argentinos, son agradables y serviciales, tal vez el problema sean unos cuantos porteños, así como los rolos nos hacen mala fama a los colombianos, aunque hablando a favor de los rolos, ellos también son amables y serviciales, solo que algunos cuantos se pasan de insoportables.

Para concluir por ahora debo decir que si vas a ir a Buenos Aires prepara tus zapatos de calle porque es una ciudad para caminar, perfectamente podría suceder que debas cruzar 6 cuadras para ir a tomar el colectivo que te deje a 2 cuadras del Subte que te deja a 8 cuadras de tu destino, y así pasarte el resto del día. Cómprate una Guía T, aprende a manejarla y prepárate para caminar. Una pedicura no caería nada mal.

Dejar un Comentario